Thursday, October 21, 2010

UN PREMIO DE ESPERANZA



Nació y vive en Santa Clara, Cuba. Tiene cuarenta y ocho  años y parece de ochenta y ocho en razón del agotamiento y desgaste físico, emocional y moral de que ha sido víctima tras una férrea persecución que incluye unos once años de prisión y veintitrés huelgas de hambre y de sed. Todo ello motivado por la tenacidad de su fidelidad a una convicción simple e innegociable: el valor absoluto de la dignidad humana. Psicólogo y periodista, ha padecido toda clase de brutales agresiones (incluyendo empujones, bofetadas y trompadas que le han desfigurado el rostro)  por no mostrarse disponible a traicionar su propia conciencia y por intentar cumplir con la exigencia moral y profesional (en su condición de periodista) de comunicar la verdad, aunque duela.

Su nombre, Guillermo Fariñas Hernández. Su victimario, el régimen totalitario y tiránico de los hermanos Fidel y Raúl Castro en la Cuba que una vez fue madre de paradigmas de la libertad y dignidad humanas de la talla de Félix Varela y de José Martí.

Hoy, el Parlamento Europeo le otorga el Premio Sájarov a la libertad de conciencia, en reconocimiento por su recio compromiso a favor del respeto a los derechos humanos en Cuba, postura que ha mantenido con inalterable vigor e intensidad desde que en 1989 decidió abandonar la Unión de Jóvenes Comunistas y alejarse definitivamente de la ignominia de vivir la tragicomedia de la doble moral, siguiéndole el juego a un régimen embustero, manipulador e inhumano.  

Dios conceda abundante salud a Fariñas, quien ha dedicado este merecidísimo premio al pueblo cubano y a la feliz y honrosa memoria de Orlando Zapata, caído en febrero pasado, en La Habana, tras una angustiosa huelga de hambre que se prolongó por más de 80 días en protesta por los continuos abusos que contra su persona y las de tantos otros disidentes la dictadura castrista inflige a diestra y siniestra, con descarada impunidad y ante la complicidad cobarde de varios gobiernos internacionales (entre ellos el español, encabezado por Zapatero). En el pasado, el premio Zájarov (que honra el testimonio de dignidad y de fidelidad a la propia conciencia del disidente soviético y Premio Nobel de la Paz Andréi Zájarov, fallecido en 1989) ha sido también concedido a otros elocuentes representantes de la Cuba que no se ha plegado servilmente ante los abusadores de turno, como  Oswaldo Payá Sardiñas (2002) y las «Damas de Blanco» (2005).

Nelson Mandela (1988) y las Madres de Plaza de Mayo de Argentina (1992) se encuentran, asimismo, entre los destinatarios de este importante reconocimiento a quienes han dedicado sus vidas a luchar por las libertades comunes, la protección de las minorías, el desarrollo de la democracia y del Estado de Derecho y los derechos humanos en general.

Es de esperar que la concesión de este premio implique, por parte del Parlamento Europeo, de la Unión Europea en general y de la parte seria de la comunidad internacional, un endurecimiento de su postura institucional en contra de las atrocidades del régimen castrista en Cuba, así como un fortalecimiento de su apoyo a todos aquellos y aquellas que, dentro y fuera de Cuba, luchan por mantener encendida en esta gran nación la luz de la esperanza en un futuro de dignidad y de respeto al derecho más básico de todo hombre y de toda mujer: el derecho a ser tratado como un ser humano.

Wednesday, October 13, 2010

TECNOLOGIAS DE LA MUERTE


Un jovencito de apenas 18 años de edad, violinista virtuoso, no habiendo concluido aún la segunda semana de su primer año de estudios universitarios en Rutgers (New Jersey) decide poner fin a su vida encomendándosela a las oscuras aguas del Hudson la noche del 22 de septiembre de 2010. Se lanza del George Washington Bridge no sin antes musitar, on-line, un testimonio tan lapidario como escalofriante: «Jumping off the gw bridge sorry» («saltando del puente gw…lo siento»). Su nombre, Tyler Clementi.

Era un joven lleno de vida, tímido, como casi todos los chicos de esa edad dotados de extraordinarios talentos artísticos, incapaz de hacer daño a nadie, pero, precisamente por ello, expuesto a caer víctima, en cualquier momento, del gélido sadismo de un mundo insano. Dos de sus condiscípulos de la universidad (entre ellos su propio compañero de habitación), actuando como hienas cobardes, deciden transmitir en vivo, on-line, un encuentro íntimo suyo con otro joven de su mismo sexo, empleando una cámara digital secretamente activada.  En fracciones de segundo, su intimidad más celosamente protegida está expuesta a la morbosidad universal…gracias a la magia del internet. Tyler no soporta la vergüenza ni el bochorno…y decide acabar de una vez, ásperamente, con todo. La familia de Tyler no atina a dar crédito a sus oídos ni a sus ojos… y no obstante recibir numerosas muestras de solidaridad y la asistencia espiritual de un sacerdote… no alcanzan a entender cómo pudo ocurrir una desgracia de semejante magnitud…y es que ni siquiera sabían acerca de la orientación sexual de su hijo.  ¡Dios tenga a este jovencito ahora rodeado de todo el amor y la paz que tanto se merece!

Sin embargo, su muerte no debe haber ocurrido en vano. Es ésta una tragedia de la que mucho se puede aprender. En primer lugar, contiene una inmejorable lección acerca del poder siniestro de los modernos medios digitales (en particular los video-chats, Facebook y demás artilugios) en las equivocadas manos de gente moralmente pigmea; sobre todo si se trata de jóvenes. En segundo lugar, nos invita a reflexionar acerca del tipo de ser humano que se está formando en una sociedad dominada por tecnologías que pretenden convertir cualquier contenido (incluyendo el relativo a valores morales) en simples “datos”…fríos y manipulables a conveniencia.  ¿No será acaso que la era digital se estará revelando ahora como tecnología de la muerte?  En tercer lugar, y no menos importante, esta historia contiene una tremenda llamada, un grito, dirigido a todas las familias (y especialmente a los padres) acerca de la urgencia de conocer y valorar las personas de quienes constituyen la familia…que sigue siendo, hoy por hoy, el último refugio al cual acudir cuando hay que protegerse de la crueldad de un mundo inhóspito.

Friday, October 8, 2010

UN NOBEL PARA FESTEJAR

Una noche de septiembre de 1999 tuve una larga y tensa discusión con agentes de la Seguridad del gobierno de Cuba, en el aeropuerto de Santiago de Cuba, al haber éstos "descubierto" en mi equipaje dos libros "muy peligrosos" (según ellos): uno era "Elogio de la madrastra" y el otro "Los cuadernos de don Rigoberto". Ambos de Mario Vargas Llosa. En su penosa ignorancia, los agentes me acusaban de pretender introducir en territorio cubano ideas "contrarrevolucionarias", a lo que yo respondía afirmando (con toda malicia) la "neutralidad" de la literatura, aún en plena consciencia de que tal neutralidad casi nunca es posible. Al final, no sé bien todavía por qué, me dejaron ir…con mis queridos libros.

Hoy me siento feliz de aquel mal rato pasado hace ya 11 años y lo comparto con ustedes como homenaje a ese grande de nuestras letras españolas que es Mario Vargas Llosa al haber sido galardonado ayer como Premio Nobel de Literatura 2010, precisamente por haber cultivado una literatura a favor de la lucha de los individuos en contra de los tantos abusos sufridos por parte de regímenes irrespetuosos de la dignidad humana. Me siento emocionado de que parte de este reconocimiento se deba a su magnífica novela "La Fiesta del Chivo", en la que narra de un modo estremecedor los horrores de la dictadura de Trujillo en la República Dominicana de mediados del siglo XX.

Un gran reconocimiento a una brillante carrera literaria siempre comprometida con la promoción y la defensa de la dignidad humana. Un reconocimiento también al valor literario del español en el mundo de hoy. Qué bien.